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Con el retorno del jugador leyenda, Estudiantes fue otra cosa y venció con justicia a Godoy Cruz.
En el marco de la fecha 14 del torneo Clausura 2012, Estudiantes de La Plata venció por 1-0 a Godoy Cruz (Mdza) de la mano de su emblema Juan Sebastián Verón, que retornó al primer equipo tras cinco fechas ausente. Fue precisamente el capitán albirrojo, de gran partido hasta su salida, quien asistió a Desábato con un centro milimétrico para que inaugure y cierre el marcador en el Único platense. Los dirigidos por Martín Zucarelli volvieron a la victoria seis fechas después.
No había margen para más derrotas. No por el hincha, tristemente acostumbrado a la derrota en este último año y medio. Tampoco por el entrenador, simple tapa huecos interino del que no se puede exigir resultados ni una idea de juego. La vuelta de Verón al equipo exige e impone victorias, para matizar una despedida nada acorde al aporte de Sebastián a la institución. Y la receta de Zucarelli para regalarle una alegría a la Bruja, fue inyectarlo dentro del equipo. La fórmula dio resultado.
Desde el inicio se vio a un Capitán comprometido positivamente en el juego y eje de la distribución de la pelota; Cuando esto sucede difícil es que Estudiantes juegue mal a la pelota. Desde los primeros minutos, los dirigidos por Zucarelli hicieron de la triangulación y la paciencia un canto a su impronta y posiblemente el conjunto albirrojo haya desarrollado el mejor fútbol desde que inició el actual torneo.
A los 5 ya había avisado Estudiantes, con un córner pasado de la Bruja (ejecutó todos de igual forma) que encontró a Boselli incómodo cabeceando cerca del palo izquierdo de Ibáñez. Tres minutos después, a los 8, Verón regaló la primera pincelada de su repertorio al habilitar a Enzo Pérez por arriba de la defensa. El ex Benfica punteó la pelota exigido, obligando al arquero tombino a esforzarse por desviar a córner.
Así también, se vio un Verón ultra exigente con el rendimiento propio y de compañeros. En las dos o tres oportunidades en las que la Bruja falló en los pases (siempre intentando descargar de primera) se lo pudo ver recriminándose así mismo ampulosamente. Clara demostración de amor rojo y blanco, solo un estandarte de la institución puede lamentarse duramente de errar pases en estos momentos donde el club no se juega nada.
Pero Godoy Cruz también tuvo sus chances en el primer tiempo, que de haberse concretado posiblemente hubiesen cambiado el destino del partido y por consecuente, estas líneas estarían repletas de otras sensaciones. Federico Lértora, a los 16, encontró la pelota dentro del área y remató mordido para que Andújar atrapara sin problemas. Ocho minutos después, el conjunto dirigido por Omar Asad dispuso de su mejor chance en los pies de su delantero más preciso, cuando Caruso llegó solo al área chica tras habilitación de Navarro y ejecutó suave al cuerpo del arquero albirrojo que desactivó el peligro despejando fuera del área.
Pero el primer tiempo no podía irse sin emociones, teniendo en cuenta que seguramente el estandarte no aguantaría los noventa minutos. Y así lo entendió Boselli, que picó por izquierda con balón dominado, esquivó a Curbelo con maestría (bicicleta deliciosa) y definió fuerte y arriba para que algunos hinchas gritaran gol, cuando la pelota había pegado en la parte externa de la red. Gran jugada del 9 pincha, que siguió demostrando lo importante que es en la elaboración de juego y siempre buscó triangular con Enzo Pérez y Verón, incluso en demasía en algunas oportunidades. Finalmente, la emoción llegaría vía pelota parada. El 11 ejecutó un tiro libre desde el costado derecho del campo mendocino y encontró la cabeza de Desábato, quien fusiló al arquero para desatar el delirio albirrojo. Final del primer tiempo, y a otra cosa.
El complemento encontró un Estudiantes más dispuesto al cuidado de la pelota pero sin resignarse a atacar. Iberbia, que había tenido un primer tiempo interesante en el ida y vuelta pero con fallas en la marca y en los pases, no tuvo fisuras en la segunda mitad y junto a Jara transformaron la punta izquierda en una zona impermeable. Llegando a los veinte minutos, el estadio se puso de pie y empezó a romperse las manos que estaban congeladas por el frio que azotó al Único: Benítez corrió desde el costado externo del arco defendido por Andújar sacándose el buzo y al verlo, Verón comenzó a sacarse la cinta. Tras una payasada del juez Silvio Trucco, que amonestó a Andújar por hacer tiempo mientras el ex Catania esperaba el ingreso de Benítez, un muy dolorido capitán dejó el terreno de juego bañado en transpiración y aplausos.
El Chino, para deleite de quienes gozan del buen fútbol, entró en gran nivel y regaló algunos pases para el recuerdo. Estudiantes mantuvo la posesión ante un Godoy Cruz carente de ideas e incluso pudo aumentar la diferencia en dos oportunidades. Boselli escapó por derecha ante la presión de la defensa tombina mientras Zapata esperaba solo en el centro del área. Finalmente, el nueve terminaría perdiendo la posesión generando algunos murmullos en las tribunas.
Pocos minutos más tarde, Sánchez habilitó de contragolpe a Boselli que cuando parecía que perdía la pelota preso de su poca velocidad, aguantó al defensor que lo perseguía por detrás e intento hacer una de papi futbol frente a Ibáñez, pisando la pelota por sobre el costado, intención que adivinó el arquero mendocino.
Pudo ser de Modón, quien tuvo un partido aparte con los piques de la pelota desde su ingreso por Enzo Pérez, pero demoró demasiado y tuvo que descargar en Sánchez, quien disparó suave a las manos de Ibáñez. Solo quedaría tiempo para que Godoy Cruz haga tambalear la victoria pincha con un córner repleto de borbollones. Pero el partido no podía mancharse.
Silvio Trucco no tuvo más alternativa que decretar el final del partido y así, dejar que los jugadores pinchas se fundan en un desahogo. Estudiantes sumó de a tres, ganó con justicia y le regaló a la Bruja una de sus últimas alegrías desde adentro de la cancha, hoy por hoy, el único objetivo cierto que tiene el equipo es darle a su capitán la más decorosa de las despedidas.
En el marco de la fecha 14 del torneo Clausura 2012, Estudiantes de La Plata venció por 1-0 a Godoy Cruz (Mdza) de la mano de su emblema Juan Sebastián Verón, que retornó al primer equipo tras cinco fechas ausente. Fue precisamente el capitán albirrojo, de gran partido hasta su salida, quien asistió a Desábato con un centro milimétrico para que inaugure y cierre el marcador en el Único platense. Los dirigidos por Martín Zucarelli volvieron a la victoria seis fechas después.
No había margen para más derrotas. No por el hincha, tristemente acostumbrado a la derrota en este último año y medio. Tampoco por el entrenador, simple tapa huecos interino del que no se puede exigir resultados ni una idea de juego. La vuelta de Verón al equipo exige e impone victorias, para matizar una despedida nada acorde al aporte de Sebastián a la institución. Y la receta de Zucarelli para regalarle una alegría a la Bruja, fue inyectarlo dentro del equipo. La fórmula dio resultado.
Desde el inicio se vio a un Capitán comprometido positivamente en el juego y eje de la distribución de la pelota; Cuando esto sucede difícil es que Estudiantes juegue mal a la pelota. Desde los primeros minutos, los dirigidos por Zucarelli hicieron de la triangulación y la paciencia un canto a su impronta y posiblemente el conjunto albirrojo haya desarrollado el mejor fútbol desde que inició el actual torneo.
A los 5 ya había avisado Estudiantes, con un córner pasado de la Bruja (ejecutó todos de igual forma) que encontró a Boselli incómodo cabeceando cerca del palo izquierdo de Ibáñez. Tres minutos después, a los 8, Verón regaló la primera pincelada de su repertorio al habilitar a Enzo Pérez por arriba de la defensa. El ex Benfica punteó la pelota exigido, obligando al arquero tombino a esforzarse por desviar a córner.
Así también, se vio un Verón ultra exigente con el rendimiento propio y de compañeros. En las dos o tres oportunidades en las que la Bruja falló en los pases (siempre intentando descargar de primera) se lo pudo ver recriminándose así mismo ampulosamente. Clara demostración de amor rojo y blanco, solo un estandarte de la institución puede lamentarse duramente de errar pases en estos momentos donde el club no se juega nada.
Pero Godoy Cruz también tuvo sus chances en el primer tiempo, que de haberse concretado posiblemente hubiesen cambiado el destino del partido y por consecuente, estas líneas estarían repletas de otras sensaciones. Federico Lértora, a los 16, encontró la pelota dentro del área y remató mordido para que Andújar atrapara sin problemas. Ocho minutos después, el conjunto dirigido por Omar Asad dispuso de su mejor chance en los pies de su delantero más preciso, cuando Caruso llegó solo al área chica tras habilitación de Navarro y ejecutó suave al cuerpo del arquero albirrojo que desactivó el peligro despejando fuera del área.
Pero el primer tiempo no podía irse sin emociones, teniendo en cuenta que seguramente el estandarte no aguantaría los noventa minutos. Y así lo entendió Boselli, que picó por izquierda con balón dominado, esquivó a Curbelo con maestría (bicicleta deliciosa) y definió fuerte y arriba para que algunos hinchas gritaran gol, cuando la pelota había pegado en la parte externa de la red. Gran jugada del 9 pincha, que siguió demostrando lo importante que es en la elaboración de juego y siempre buscó triangular con Enzo Pérez y Verón, incluso en demasía en algunas oportunidades. Finalmente, la emoción llegaría vía pelota parada. El 11 ejecutó un tiro libre desde el costado derecho del campo mendocino y encontró la cabeza de Desábato, quien fusiló al arquero para desatar el delirio albirrojo. Final del primer tiempo, y a otra cosa.
El complemento encontró un Estudiantes más dispuesto al cuidado de la pelota pero sin resignarse a atacar. Iberbia, que había tenido un primer tiempo interesante en el ida y vuelta pero con fallas en la marca y en los pases, no tuvo fisuras en la segunda mitad y junto a Jara transformaron la punta izquierda en una zona impermeable. Llegando a los veinte minutos, el estadio se puso de pie y empezó a romperse las manos que estaban congeladas por el frio que azotó al Único: Benítez corrió desde el costado externo del arco defendido por Andújar sacándose el buzo y al verlo, Verón comenzó a sacarse la cinta. Tras una payasada del juez Silvio Trucco, que amonestó a Andújar por hacer tiempo mientras el ex Catania esperaba el ingreso de Benítez, un muy dolorido capitán dejó el terreno de juego bañado en transpiración y aplausos.
El Chino, para deleite de quienes gozan del buen fútbol, entró en gran nivel y regaló algunos pases para el recuerdo. Estudiantes mantuvo la posesión ante un Godoy Cruz carente de ideas e incluso pudo aumentar la diferencia en dos oportunidades. Boselli escapó por derecha ante la presión de la defensa tombina mientras Zapata esperaba solo en el centro del área. Finalmente, el nueve terminaría perdiendo la posesión generando algunos murmullos en las tribunas.
Pocos minutos más tarde, Sánchez habilitó de contragolpe a Boselli que cuando parecía que perdía la pelota preso de su poca velocidad, aguantó al defensor que lo perseguía por detrás e intento hacer una de papi futbol frente a Ibáñez, pisando la pelota por sobre el costado, intención que adivinó el arquero mendocino.
Pudo ser de Modón, quien tuvo un partido aparte con los piques de la pelota desde su ingreso por Enzo Pérez, pero demoró demasiado y tuvo que descargar en Sánchez, quien disparó suave a las manos de Ibáñez. Solo quedaría tiempo para que Godoy Cruz haga tambalear la victoria pincha con un córner repleto de borbollones. Pero el partido no podía mancharse.
Silvio Trucco no tuvo más alternativa que decretar el final del partido y así, dejar que los jugadores pinchas se fundan en un desahogo. Estudiantes sumó de a tres, ganó con justicia y le regaló a la Bruja una de sus últimas alegrías desde adentro de la cancha, hoy por hoy, el único objetivo cierto que tiene el equipo es darle a su capitán la más decorosa de las despedidas.