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Un alternativo Estudiantes forjó anoche una de las peores producciones de los últimos años en el Centenario de Quilmes y quedó eliminado de la primera edición de la Copa Argentina. Tras empatar sin goles frente a Deportivo Merlo en el transcurso de los 90 minutos, el León cayó 5-4 en los lanzamientos desde el punto penal.
Nada de lo que pudo haber planeado Azconzábal funcionó en la fresca noche quilmeña. El mix de juveniles y habituales suplentes que el técnico albirrojo puso en cancha poco se pareció a un equipo de fútbol y fue justamente eliminado por los habituales suplentes de un equipo que milita una categoría más abajo que la suya. Estudiantes fue preso de su propia incapacidad ante un ordenado pero limitado conjunto Charro.
Azconzábal planteó un equipo con mayoría juvenil con apoyo en los experimentados Mariano González (jugó en una posición que no les habitual y no pudo hacer pie en ningún tramo del partido), Facundo Coria (sin desequilibrio), José Luis Fernández (prácticamente no entró en juego), Mauro Boselli (desconectado del resto del equipo) y Leandro Desábato (sin complicaciones en defensa) pero la apuesta no fue la esperada y culminaron por ser los juveniles los que mantuvieron a Estudiantes en cancha. No hubo generación fútbol para el equipo del Vasco y eso, sumado al poco ritmo de juego que tenían alguno de los titulares, fue fatal para un equipo que deambuló sin alma por el Centenario. Solo los laterales Modón y Tarabini, en el primer tiempo, aportaron cosas interesantes en un equipo que no supo doblegar a un rival que no ofreció mucho más que orden y lucha en la mitad de la cancha.
El partido entonces, ya mal planteado, comenzó con un Estudiantes intentando atacar en forma horizontal, con la pelota que variaba entre Carlos Auzqui por la banda derecha o de José Luis Fernández por izquierda, sin generar peligro para el equipo de Parque San Martín. La falta de ideas y la mediocridad de ambos equipos conllevaron a que la primera llegada para recordar sea pincharrata, cuando a los 18´ Gil Romero se aproximó con un remate cruzado que Capogrosso controló en dos tiempos.
De ahí en más, el conjunto del Vasco mantuvo la pelota en su poder pero sin generar peligro alguno para los dirigidos por Néstor Ferraresi, que en contra partida fueron más astutos en los momentos donde se hacían con la pelota. A los 26´, Mariano González perdió la pelota en campo propio y generó una importante chance para Deportivo Merlo, que Menéndez ejecutó desde la izquierda del área y Desábato alcanzó a salvar con lo justo desviando al córner. Precisamente de esa pelota parada nació otra nueva oportunidad para el Charro. Diego Sequeira tomó el rebote del córner que precisamente él había ejecutado y remato fuerte y bajo al primer palo, obligando a Albil a esforzarse para evitar la caída de su valla.
Tan solo tres minutos después, el ex Quilmes Sequeira volvió a desbordar a Tarabini y ensayó un centro pasado que Albil no pudo despejar y Menéndez terminó por enviar por arriba del travesaño. En este tramo del partido, Deportivo Merlo se adelantó en la cancha y terminó por redondear una aceptable tarea, cuando a priori no era el equipo favorito para pasar de ronda.
Al primer tiempo solo le quedó oportunidad para una chance de Boselli, la más clara de Estudiantes en el partido, cuando el ex Wigan enganchó para adentro desde la izquierda del área defendida por Capogrosso y obligó al ex Rafaela a despejar tras un remate cruzado.
El segundo tiempo fue un calco de la primera parte, con la salvedad que Merlo se replegó más en el campo pero dispuso la entrada de Oswaldo Blanco, quien en ataque se mostró voluntarioso para luchar en soledad con los dos centrales pinchas.
Así, Merlo tuvo pocas aproximaciones, ninguna de real peligro, que fueron sofocadas por Albil y la correcta tarea de Desábato. Por su parte Estudiantes seguía sin hacer pie en la cancha y el ingreso de Leo Jara por Auzqui (flojísimo partido en un puesto que no siente) poco ayudó a que el conjunto albirrojo escape a la mediocridad. Tal es así que la primer llegada clara del equipo de Azconzábal se dio a los 71´ cuando Tarabini cruzó un centro que Jara enganchó y fue desactivado por la defensa meriense.
El posterior ingreso de Mauro Fernández por Modón, que había mermado su rendimiento, le significó a Estudiantes un alza en sus acciones, insuficientes para evitar la definición por penales.
No hubo tiempo para más y en los tiros desde los 12 pasos, Estudiantes se mostró tan errático como había sido a lo largo de los 90´y aunque tuvo la victoria en los pies de Mauro Fernández, nadie podrá cuestionar merecimientos para el humilde equipo de Parque San Martín que ejecutó mejor su estrategia, definió mejor en los penales y pasó de ronda en esta Copa Argentina en la que Estudiantes participó sin pena ni gloria.
Nada de lo que pudo haber planeado Azconzábal funcionó en la fresca noche quilmeña. El mix de juveniles y habituales suplentes que el técnico albirrojo puso en cancha poco se pareció a un equipo de fútbol y fue justamente eliminado por los habituales suplentes de un equipo que milita una categoría más abajo que la suya. Estudiantes fue preso de su propia incapacidad ante un ordenado pero limitado conjunto Charro.
Azconzábal planteó un equipo con mayoría juvenil con apoyo en los experimentados Mariano González (jugó en una posición que no les habitual y no pudo hacer pie en ningún tramo del partido), Facundo Coria (sin desequilibrio), José Luis Fernández (prácticamente no entró en juego), Mauro Boselli (desconectado del resto del equipo) y Leandro Desábato (sin complicaciones en defensa) pero la apuesta no fue la esperada y culminaron por ser los juveniles los que mantuvieron a Estudiantes en cancha. No hubo generación fútbol para el equipo del Vasco y eso, sumado al poco ritmo de juego que tenían alguno de los titulares, fue fatal para un equipo que deambuló sin alma por el Centenario. Solo los laterales Modón y Tarabini, en el primer tiempo, aportaron cosas interesantes en un equipo que no supo doblegar a un rival que no ofreció mucho más que orden y lucha en la mitad de la cancha.
El partido entonces, ya mal planteado, comenzó con un Estudiantes intentando atacar en forma horizontal, con la pelota que variaba entre Carlos Auzqui por la banda derecha o de José Luis Fernández por izquierda, sin generar peligro para el equipo de Parque San Martín. La falta de ideas y la mediocridad de ambos equipos conllevaron a que la primera llegada para recordar sea pincharrata, cuando a los 18´ Gil Romero se aproximó con un remate cruzado que Capogrosso controló en dos tiempos.
De ahí en más, el conjunto del Vasco mantuvo la pelota en su poder pero sin generar peligro alguno para los dirigidos por Néstor Ferraresi, que en contra partida fueron más astutos en los momentos donde se hacían con la pelota. A los 26´, Mariano González perdió la pelota en campo propio y generó una importante chance para Deportivo Merlo, que Menéndez ejecutó desde la izquierda del área y Desábato alcanzó a salvar con lo justo desviando al córner. Precisamente de esa pelota parada nació otra nueva oportunidad para el Charro. Diego Sequeira tomó el rebote del córner que precisamente él había ejecutado y remato fuerte y bajo al primer palo, obligando a Albil a esforzarse para evitar la caída de su valla.
Tan solo tres minutos después, el ex Quilmes Sequeira volvió a desbordar a Tarabini y ensayó un centro pasado que Albil no pudo despejar y Menéndez terminó por enviar por arriba del travesaño. En este tramo del partido, Deportivo Merlo se adelantó en la cancha y terminó por redondear una aceptable tarea, cuando a priori no era el equipo favorito para pasar de ronda.
Al primer tiempo solo le quedó oportunidad para una chance de Boselli, la más clara de Estudiantes en el partido, cuando el ex Wigan enganchó para adentro desde la izquierda del área defendida por Capogrosso y obligó al ex Rafaela a despejar tras un remate cruzado.
El segundo tiempo fue un calco de la primera parte, con la salvedad que Merlo se replegó más en el campo pero dispuso la entrada de Oswaldo Blanco, quien en ataque se mostró voluntarioso para luchar en soledad con los dos centrales pinchas.
Así, Merlo tuvo pocas aproximaciones, ninguna de real peligro, que fueron sofocadas por Albil y la correcta tarea de Desábato. Por su parte Estudiantes seguía sin hacer pie en la cancha y el ingreso de Leo Jara por Auzqui (flojísimo partido en un puesto que no siente) poco ayudó a que el conjunto albirrojo escape a la mediocridad. Tal es así que la primer llegada clara del equipo de Azconzábal se dio a los 71´ cuando Tarabini cruzó un centro que Jara enganchó y fue desactivado por la defensa meriense.
El posterior ingreso de Mauro Fernández por Modón, que había mermado su rendimiento, le significó a Estudiantes un alza en sus acciones, insuficientes para evitar la definición por penales.
No hubo tiempo para más y en los tiros desde los 12 pasos, Estudiantes se mostró tan errático como había sido a lo largo de los 90´y aunque tuvo la victoria en los pies de Mauro Fernández, nadie podrá cuestionar merecimientos para el humilde equipo de Parque San Martín que ejecutó mejor su estrategia, definió mejor en los penales y pasó de ronda en esta Copa Argentina en la que Estudiantes participó sin pena ni gloria.